No a las improvisaciones…

CETI

Entiendo las protestas de muchos melillenses el anuncio del Delegado del Gobierno para habilitar provisionalmente un centro de acogida en el Acuartelamiento Pajares. Es una improvisación, como todas las decisiones que se están tomando en materia de inmigración. También hablan de la posible construcción de un nuevo CETI en dicho Cuartel.

No estoy de acuerdo en que se construya un nuevo CETI en Melilla. La saturación del CETI no es permanente y ocurre en situaciones puntuales que tienen mucho que ver con el contexto que se vive en los países de origen como la Guerra en Siria. Yo apostaría por ampliar el actual CETI aumentando la capacidad de acogida temporal y principalmente la dotación sanitaria (personal, espacio, recursos…) para evitar los momentos de saturación que se viven en Urgencias cuando se producen numerosas entradas. Ampliar el CETI mejoraría las condiciones laborales de muchos trabajadores del CETI (incluso generaría nuevos puestos de trabajo) y las condiciones de acogida de muchos inmigrantes. Por supuesto, la ampliación se debe costear con fondos de la Unión Europea y la Secretaría General de Inmigración y Emigración del Gobierno.

Esto no resuelve, ni mucho menos, el problema de la inmigración irregular. Pero es una solución sobre el terreno a la situación de masificación y tensión que se vive en estos momentos en el Centro de Acogida.

Tolerancia 0 a los violentos

El pasado 22 de marzo miles de ciudadanos de toda España marcharon hacia Madrid en 6 columnas diferentes bajo el lema «Marcha de la Dignidad» para reivindicar derechos sociales, rechazar los recortes y la regresión social y plantar cara a la corrupción y los abusos. Al finalizar la misma, un grupo de impresentables, radicales y extremistas, decidieron aprovechar la concentración para ejercer una violencia que condeno y lamento profundamente. Nada tienen que ver con la inmensa mayoría de ciudadanos que se manifestaron pacíficamente. Son una minoría sobre la que espero que caiga todo el peso de la Ley. Por tanto, que se investigue y se juzgue a quienes recurren a la agresión y la violencia para expresarse. Mi solidaridad y a poyo a los pacíficos y a los Agentes de Policía agredidos.
No a la violencia

Los incidentes ocurridos en Madrid tienen dos responsables: los violentos extremistas y los mandos policiales y gobierno que han permitido la descoordinación y falta de planificación policial.

También rechazo quienes usan el pretexto de estos incidentes para hacer planteamientos de recorte de derechos de manifestación ciudadana. Los extremos ideológicos se retroalimentan en muchas ocasiones.

Soluciones.
– Prever este tipo de incidentes frecuentes cada vez que hay manifestaciones multitudinarias y organizar un dispositivo coordinado.
– No utilizar la generalidad, porque generalizar y meter a todos en el mismo saco sólo beneficia a los pocos violentos.
– Aplicar la Ley y el Código Penal que tipifican perfectamente este tipo de delitos.
– Unidad de tod@s frente a los violentos y tolerancia cero a su forma de expresión antidemocrática.

 

GRACIAS ADOLFO!

GRACIAS ADOLFO
Yo no había nacido cuando Adolfo Suárez era Presidente y promovió la transición política en mi país. Pero gracias a su determinación y valentía, junto con otros más como Santiago Carrillo o Felipe González, hoy vivo en un marco de convivencia democrática y en libertad. Aquel consenso se hizo posible porque millones de ciudadanos ansiaban la libertad y la democracia después de décadas de atroz dictadura. Hoy los consensos escasean lamentablemente. Cierto que ya no pesa sobre las conciencias la losa de la falta de libertad y democracia, pero sí la falta de igualdad y derechos sociales. Mantegamos vivo y tengamos de referencia lo que lograron en nombre del pueblo español personas como Adolfo Suarez. Hasta siempre Presidente!

 

ESTAMOS A TIEMPO…

cambio

Hoy me he reunido con un comerciante melillense que siempre ha trabajado en Melilla y lucha día a día por sacar adelante su empresa. Hacía tiempo que queríamos charlar, pero la salud de mi padre y mi idea de emprender un proyecto, lo ha aplazado hasta hoy. Palabras como: cansado, desesperado, harto… era lo que me transmitía a la hora de referirse a todos los dirigentes con los que se había reunido hasta la fecha: Delegado del Gobierno, Presidente de la Ciudad, representantes políticos de todos los colores, etc. Una frase me conmovió: “están matando a mi Ciudad cuando podemos hacer muchas cosas que levantarían nuestra economía”. Y no le falta razón, ni un ápice de razón. Le comenté que la están matando a base de no hacer nada nuevo, de no ser capaces de innovar y tomar decisiones valientes. El INMOVILISMO se ha adueñado de quienes nos gobiernan y dirigen desde hace muchos año. Prefieren que sigamos subsistiendo de las subvenciones y el autoconsumo (cada vez menor) mientras nuestro entorno evoluciona y progresa.

Quería compartir su reflexión conmigo, de un melillense a otro preocupado por la deriva política, económica y social de nuestra tierra. Al final, concluimos que hay espacio para la esperanza, hay oportunidades y tiempo para evitar avanzar hacia el precipicio. Tenemos potenciales como nuestros jóvenes, cada vez mejor formados, nuestro entorno sigue creciendo económicamente y sigue viendo a Melilla como un referente en servicios, etc. Sólo hace falta valentía y responsabilidad y, después de 14 años, sólo puede venir desde el cambio.

Debemos dejar de un lado la anestesia colectiva, insuflada a base de subvenciones y miedos ya superados. Mientras sigamos haciendo un análisis autocomplaciente o de resignación ante nuestras posibilidades sin ir más allá de enfatizar permanentemente nuestras “limitaciones”, estamos condenados a la incertidumbre, a veces aplacada por la respuesta que nos hemos fabricado nosotros mismos “hay que vivir el día a día y luego ya veremos” y que no resuelve lo que tarde o temprano habrá que abordar seriamente: nuestro futuro socio-económico.

Hay elementos y ámbitos de actuación que hay que reactivar: una ordenación urbana que apueste por el impulso económico, abandonar la idea de un Turismo que compita con la Costa del Sol sino que rentabilice el auge turístico de nuestro entorno, mejorar irremediablemente la fluidez en nuestras fronteras, acordar entre todos un modelo de transportes asequible y accesible, impulsar la innovación empresarial y financiera de Melilla, incluir en las nuevas perspectivas económicas al elevado número de prados sin formación, convertir a Melilla en una gran “Plataforma” comercial que oferte alternativas de consumo, ocio y servicios de calidad para nuestro entorno, hacer uso racional e invertir de forma inteligente los fondos públicos que recibimos de Europa y el resto de España, etc.

Es posible, muy posible, depende de nosotr@s.